¿Cuáles son sus beneficios?

Consigue equilibrar el organismo, glándulas endocrinas, combate el estrés, la depresión, dolores osteomusculares, artritis, osteoporosis, lumbago, dolor de espalda, codo de tenista, hombro congelado, ciática, sofocos, cansancio, mononucleosis infecciosa, migrañas, conjuntivitis, glaucoma, otitis, asma, neumonía, bronquitis, tos, tuberculosis, faringitis, rinitis, sinusitis, alergias, arritmias, hernia hiatal, helicobacter pylori, gastritis, colon irritable, estreñimiento, hemorroides, cistitis, papiloma, cándida, disfunción eréctil, prostatitis, hipertensión, hipotiroidismo, hipertiroidismo, eccema, impétigo, herpes, psoriasis, hepatitis, mareo, vértigo, hongos en los pies, molusco contagioso, fobias, TDAH, bipolaridad, etc.  

Se tratan patologías; respiratorias, osteomioarticulares, dermatológicas, bucales, auditivas, oculares, ginecológicas, hepáticas, renales, hematológicas, gastrointestinales, venéreas, cardiovasculares, inmunológicas, genitourinarias, hormonales, psicoemocionales, autoinmunes, tumorales, cerebrales y del sistema nervioso, disfunciones glandulares, quistes, abscesos, entre otras. 

A nivel general también beneficia el rejuvenecimiento, los sistemas circulatorio, nervioso y endocrino y estimula la actividad mental. Procura una adecuada activación metabólica y autoreparación de tejidos, así como disminuye los efectos negativos del estrés. Es una terapia asombrosa y con grandes resultados que la respaldan. No es invasiva ni dañina.

Por lo tanto, se obtiene la mejoría clínica del paciente en un gran número de casos, evitando los efectos adversos de los tratamientos convencionales, intoxicación farmacológica o anafilaxia, resistencia antimicrobiana, y disminuyendo los riesgos de infección, hemorragia o complicación quirúrgica, así como tiempos de hospitalización, convalecencia y rehabilitación.

¿En qué consiste?

El terapeuta testa y pregunta al paciente aplicando el test de Kinesiología. Esta técnica se basa en la respuesta del organismo ante preguntas de diagnóstico, a través de la respuesta muscular del movimiento de las piernas, que modifican su longitud según si la respuesta es positiva o negativa. De esta forma se puede indagar los patógenos que están implicados en la desarmonización o patología. 

Una vez detectados, se aplican en el cuerpo, los pares de imanes adecuados, hasta equilibrar el PH de la zona en concreto en la que haya una descompensación.  Y de este modo se acaba con todos los microorganismos, virus, bacterias, hongos y parásitos, promotores de la correspondiente patología en el acto, ya que en un pH neutro, estos no pueden habitar, pudiendo así recuperar la salud y el equilibrio del organismo. Durante la sesión, tendido en la camilla, vestido y con zapatos, se experimenta una sensación de relajación y bienestar. 

Normalmente, se necesitan de 2 a 3 sesiones para la mayoría de patologías. 
Se recomienda cada 3 o 4 meses hacer una sesión para mantener una buena salud.